Un Curso de Milagros.

Este blog se ha abierto para ser un punto de comunicación sobre nuestra verdadera identidad, sobre la verdad de lo que somos. A pesar de que es algo que no se puede conceptualizar, sí se puede dar forma a conceptos que apunten a ello. Un Curso de Milagros es un conjunto de dichos conceptos y una forma práctica de llevarlos a nuestra vida diaria, de modo que no es sólo un discurso teórico, sino que la práctica es una parte esencial en el proceso de reconocer nuestra verdadera identidad.

viernes, 27 de febrero de 2009

Utopías.

Utopía es un término concebido por Tomás Moro que sirvió de título a una de sus obras escritas en latín alrededor de 1516. Según la versión de varios historiadores, Moro se fascinó por las narraciones extraordinarias de Américo Vespucio sobre la recién avistada isla de Fernando de Noronha, en 1503. Moro decidió entonces escribir sobre un lugar nuevo y puro donde existiría una sociedad perfecta.

Para el significado etimológico de este término, Moro juega con dos posibles orígenes, ambos del griego: outopia (ou = ningún; topos/topia = lugar, localización) y eutopia (eu = buen; topos/topia = lugar, localización).

Actualmente el mundo está pasando por cambios profundos en todos los aspectos. El descrédito del sistema bancario, la apatía del sistema político, la demostrada esclavitud del sistema de pensamiento vigente según el cual debemos pagar un precio por nacer en este planeta. Todo ello nos muestra algo caduco que está llegando al colapso, el sistema de pensamiento de ego, el cual nos dice "busca pero no halles", "la felicidad está en el pasado o en el futuro" cuando está claro que el único momento que existe es el presente, pues al alcanzar el futuro o revivir el pasado estos se convierten en presente.

Vivimos en un mundo burocratizado, apático, desapasionado y alienante donde prima la supervivencia frente al desarrollo de lo que somos, frente a la expresión de cada uno como ser individual que contiene una cualidad especial, innata, personal que pide expresarse a gritos. Gritos que hemos acallado bajo el peso de la necesidad de dinero para garantizar la supervivencia, como si fuese posible obtener esa garantía a través de trozos de papel o discos de metal.

Estamos llegando a un momento en el que el concepto de "utopía" será necesario para despertar a una mente aletargada y desanimada, en el que la búsqueda de un "buen lugar" sea imperante, y el mundo oprima tanto a los que participan de su sistema de pensamiento alienante que ya no quede alternativa. Será la búsqueda de ese "lugar mejor" o la aceptación de la esclavitud.

Está llegando el momento de considerarnos responsables de nuestra realidad, de nuestro entorno, de nuestra mente. Y esa responsabilidad parte del conocimiento de como funciona el proceso de pensamiento y de como funciona la materia, a lo cual se está llegando a través de la física cuántica y ciertas corrientes de pensamiento que han estado presentes desde tiempos inmemoriales y que resurgen ahora con la obviedad de la realidad de sus postulados. Que somos seres con un potencial creativo, que nuestra mente fabrica "realidades" en las que tenemos experiencias que corroboran el contenido de la misma, que en realidad somos uno y que todo es lo mismo en esencia.

Es un momento donde se está llegando a la síntesis del conocimiento que nos llevará al descubrimiento del "no-lugar" al que se refiere el concepto de "utopía". En realidad el tiempo y el espacio son representaciones de pensamientos. Como está descubriendo la física cuántica, no hay partículas de materia sin observador, y si no hay materia, no hay ni espacio ni tiempo, pues ambos son relativos respecto a un punto o un momento en el espacio-tiempo, en la materia. Por lo tanto el no-lugar no es sólo posible, sino que es un a cualidad intrínseca de la conciencia, del observador. Este se da más allá del espacio y del tiempo, pues es quien los percibe.

En ese no-lugar no hay restricciones ni límites, pues es puro potencial. Ese es nuestro estado natural, puro pensamiento. Y por lo tanto, cambiando el pensamiento podemos cambiar la materia. Podemos cambiar el mundo. Y así nos liberamos del sistema de control que dice que eres lo que tienes, tanto tienes tanto vales, que intenta mantenernos en estado de supervivencia para evitar que descubramos la ilimitada potencialidad de nuestro verdadero ser.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El universo holográfico.

No hay pensamientos fútiles, y cada uno de ellos cobra forma en algún nivel. Son los filtros a través de los cuales percibimos, y por lo tanto lo percibido representa nuestros pensamientos.

Todos estamos de acuerdo en que en nuestra mente gobernamos nosotros, a no ser que cedamos el control a factores externos de manipulación, pero hasta en este caso es voluntariamente cedido. Nosotros somos los responsables de la aceptación o del rechazo de pensamientos en nuestra mente, y por lo tanto, el contenido de nuestra mente es responsabilidad nuestra. En ella podemos aceptar pensamientos reales o falsos, de amor o de miedo.

Nuestros pensamientos desencadenan nuestra emociones, ya que lo que sentimos en una situación depende de cómo la interpretamos o percibimos, y eso llega a nuestra mente a través del filtro de lo que pensamos. Con lo que podemos decir que, si soy responsable de lo que pienso, y lo que pienso desencadena lo que siento, soy responsable de lo que siento en cada momento.

Y si vamos más allá, lo que percibo en una situación determinada depende también de lo que pienso. Es decir, que en realidad lo que veo son mis propios pensamientos materializados en formas.

Pero es más, en realidad sólo pienso en relación a mí mismo, pues no puedo ser los pensamientos de otro, con lo que en realidad, sólo me veo a mí mismo en toda circunstancia. Las cosas y las personas representan los pensamientos que tengo sobre mí mismo. Así pues, cuando percibo abandono, es que me considero abandonable, cuando percibo ataque es que me considero vulnerable, etc. Sólo veo la idea que tengo de mí mismo.

Por lo tanto mi mente es la que fabrica la realidad que percibo, pues no percibimos con los sentidos sino con el cerebro. Así que el mundo percibido es una representación tridimensional de mi mente, un holograma. y cada parte del holograma contiene la totalidad. Cada parte es la completa representación de todo mi sistema de pensamiento. De ahí el funcionamiento de la reflexología, la acupuntura y demás técnicas que tratan la totalidad del cuerpo a través de una parte del mismo.

Todo lo percibido opera del mismo modo, es una representación de mis pensamientos, y por ello no existen pensamientos fútiles.

lunes, 9 de febrero de 2009

El laberinto.

Nuestra experiencia en este mundo es como el laberinto mental que hemos ido construyendo a través de nuestros propios pensamientos. Vamos buscando una salida sin darnos cuenta de que nosotros mismos hemos decidido entrar para buscar la vuelta al exterior del laberinto, un sin sentido que recreamos una y otra vez, sintiéndonos perdidos, buscando algo que hemos olvidado, sin saber por donde ir, sin saber que la salida está en el lugar por donde entramos.

Algunos nos identificamos tanto con el personaje dentro del laberinto que no sabríamos "ser" otra cosa. Vemos que el laberinto no tiene sentido, que lo hemos construído nosotros y que podríamos tirarlo abajo con un sencillo pensamiento. Simple. Podríamos salir de allí sólo con desearlo, sin necesidad de seguir buscando la puerta de salida. Vemos que el sufrimiento de la eterna búsqueda no tiene sentido, y que la felicidad es tan facilmente alcanzable como cambiar un pensamiento por otro, un instante.

Pero ¿qué haríamos con esa felicidad? ¿Cómo podríamos vivir con ella si lo único que conocemos es la búsqueda, la escasez, la necesidad de salir del laberinto? No queremos salir, porque eso implicaría dejar de "ser" "el-que-está-encerrado-en-el-laberinto". No queremos ser felices porque no sabemos serlo. Es más, nos creemos culpables de haber fabricado el laberinto y no queremos aceptar nuestra inocencia.

Podemos quedarnos con la búsqueda y el vagabundear dentro del laberinto, sabiendo que no tiene ningún sentido y que está vacío de significado, o podemos enfrentarnos al vacío que genera la falta de identidad, el no saber quienes somos, el no saber nada en absoluto. Vacío. Una emoción de profunda tristeza nos abraza.

Sin embargo hay una parte de nosotros que sabe soltar ambas opciones, que sabe que se puede ser, simplemente. Observando los pensamientos, pero sabiendo que no somos nuestro pensamiento. Buscando el tercer camino, el más sutil y el mas simple, el que no decide y deja de buscar la felicidad con definiciones y simplemente "es" feliz, que está más allá de ese vacío. ¿Seremos capaces de soltar nuestra mente pensante y dejarnos ser lo que realmente somos, sin definiciones ni búsquedas, ni tareas, ni cambios, ni mejoras? ¿Seremos capaces de saltar al vacío?

Un Curso de Milagros en México D.F.

Fechas de los cursos:
Primer grupo: 14 y 15 de Marzo.
Segundo grupo: 21 y 22 de Marzo.

El horario de ambas reuniones será: sábado de 16:00h a 20:00h y domingo de 10:00h a 14:00h y de 16:00h a 19:00h.
Lugar: Eugenia 618 Dep. 14 - Col. del Valle, México D.F.

Imparte: Andrés Rodríguez.

En estas reuniones profundizaremos en el proceso de entrenamiento mental con Un Curso de Milagros de forma personalizada, de manera que cada estudiante pueda expresar sus dudas, inquietudes o preocupaciones acerca de cualquier situación que quisiera plantear; economía, situación laboral, relaciones personales, miedos, bloqueos, sexualidad, depresión, función especial, dudas acerca del Curso o cualquier otra cuestión que sea de su interés y suponga un avance en su proceso de liberación mental. No pretenden ser reuniones donde se impartan más teorías acerca de este Curso, sino una aplicación práctica del mismo en la vida cotidiana.

Información e inscripciones: Claudio Fernando Mastroianni Hübner y Araceli Yarto
Teléfonos: 55 95 47 32 y 044 55 5437 22 68. Más información: info@uncursodemilagros.com.es

jueves, 5 de febrero de 2009

Autoconocimiento.

El autoconocimiento es una cualidad no muy apreciada en nuestra sociedad occidental. Está siempre por debajo de los conocimientos técnicos, del desarrollo de la memoria y la acumulación de datos, de las capacidades mentales para el desarrollo de cadenas de pensamientos en red que nos permitan resolver problemas o una visión más global del mundo. Pero ante todas estas demandas, nos olvidamos de conocernos a nosotros mismos. Saber quiénes somos es algo esencial para orientarnos en el mundo, pues de lo contrario será él quien nos dirija, y ser reactivo frente al mundo nos lleva a que perdure tal como está. ¿Quieres cambiar el mundo? Cámbiate a tí mismo, para lo que es necesario conocerse.

Silencio.

¿Cuando fue la última vez que te paraste a simplemente estar en silencio y calmar tu mente? Al igual que tu cuerpo, tu mente necesita momentos de paz y calma. El sueño es algo vital por esta razón, pero el tiempo que pasamos despiertos es largo, y desarrollamos muchas actividades distintas, requiriendo de nuestra herramienta, la mente, una atención y una agilidad concretas. Estas actividades son esenciales para mantener este músculo en forma, pero como todos los demás, necesitamos "estirarlo" después de un esfuerzo.

El silencio mental es clave para mantener un equilibrio mental. Sin embargo, en este múndo físico, es una de nuestras últimas prioridades. Antes está el cansancio físico, las actividades frenéticas, el trabajo, las preocupaciones, los deseos, las posibilidades, el futuro, los recuerdos...

Dejar espacio en nuestra mente para que los pensamientos pasen de largo, sin engancharnos con ellos, nos permite un descanso profundo que se traslada a todos los ámbitos del ser, produciendo un efecto relajante en el cuerpo, el cual por fín no está atado a las exigencias de actividad de la mente, la cual descansa y vuelve a la actividad cada vez con una mayor capacidad de atención y lucidez; la imaginación se vuelve más creativa, etc. Es decir, se producen beneficios a todos los niveles.

La meditación puede ser una de las herramientas que nos ayudan a lograr esto, es más, a permitirlo, ya que es el estado natural de la mente. Puede ser activa o pasiva, centrándonos en una actividad en concreto como caminar, o estándo simplemente en silencio. El yoga, el tai-chi, y demás técnicas similares favorecen la concentración en el momento presente, evitando que la mente divague en futuros probables, responsabilidades, problemas, etc.

Los efectos de esta práctica son beneficiosos para cualquier ser humano, permitiéndonos adentrarnos más en nosotros mismos y acercándonos a nuestra verdadera esencia. Su práctica regular agudiza la mente, la hace agil, efectiva, y convierte a nuestra mente en la herramienta que realmente es, utilizándola sólo cuando es necesaria, y dejándonos espacio para existir y observar la experiencia el resto del tiempo. Nos volvemos más intuitivos, más auténticos y honestos con nosotros mismos. Es un tesoro, el cual sólo te pide unos minutos al día. ¿No crees que vale la pena?